Ingredientes:
- 2 tazas de fresas congeladas
- 1 taza de yogur griego natural
- 4 oz de queso crema, ablandado
- 1/4 taza de miel o jarabe de arce (ajustar al gusto)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Galletas graham (opcional, para decorar)
Instrucciones:
Preparar las fresas: Lava las fresas y quítales el tallo. Colócalas en una bandeja para hornear cubierta con papel pergamino y congélalas durante al menos 2 horas, o hasta que estén completamente congeladas.
Mezclar los ingredientes: En una licuadora o procesador de alimentos, combina las fresas congeladas, el yogur griego, el queso crema, la miel o el jarabe de arce, y el extracto de vainilla. Mezcla hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
Probar y ajustar: Prueba la mezcla y ajusta la dulzura si es necesario añadiendo más miel o jarabe de arce.
Congelar: Vierte la mezcla en un recipiente apto para congelador y alisa la superficie con una espátula. Cubre el recipiente con una tapa o papel film.
Refrigerar: Coloca el recipiente en el congelador y deja que el yogur congelado se endurezca durante al menos 4 horas, o hasta que esté firme.
Servir: Una vez que el yogur congelado esté listo, sírvelo en cuencos o conos. Si lo deseas, desmenuza galletas graham por encima para obtener una textura similar a la de la corteza de un pastel de queso.
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